viernes, 16 de marzo de 2012

...Muy ocupado para vivir...

Los que nunca tienen tiempo y corren por parecer útiles al mundo y cumplir las expectativas de los demás sufren la orfandad de aquellos que no quieren preguntarse por su propia existencia.


Manuel necesita estar ocupado. De lo contrario, tiene la sensación de que su vida no tiene sentido, de que está perdiendo el tiempo, de que nadie lo quiere. Por eso, en cuanto se levanta, tiene una serie de tareas: ver las noticias en televisión (quizas sucedió algo durante la noche), leer el periódico (tal vez sucedió algo ayer), pedir a su mujer que se encargue de los niños, usar el auto, tomar un taxi, pero siempre concentrado, mirando su reloj,si puede ser haciendo algunas llamadas en su teléfono móvil, y asegurándose de que la gente vea que es un hombre importante, útil al mundo.
Manuel llega al trabajo, se inclina sobre los papeles que lo esperan. Si es funcionario, hará lo posible para que el jefe vea que ha llegado a la hora. Si es jefe, pondrá a todos a trabajar inmediatamente; si no existen tareas importantes, Manuel se encargará de desarrollarlas, crearlas, implementar un nuevo plan, establecer nuevas líneas de acción.
Manuel va a almorzar, pero nunca come solo. Si es jefe, se sentará con los amigos, discutirá nuevas estrategias, se guardará siempre un as en la manga, se quejará (no sin cierto orgullo) del exceso de trabajo. Si Manuel es funcionario, también se sentará con los amigos, se quejará del jefe, dirá que está haciendo muchas horas extras, afirmará en tono desesperado (y con mucho orgullo) que hay varias cosas en la empresa que dependen de él. Manuel, jefe o empleado, trabaja toda la tarde. De vez en cuando mira el reloj, se acerca la hora de volver a casa, pero queda aquí un detalle por resolver, allá un documento por firmar. Es un hombre honesto, quiere ganarse su sueldo, cumplir las expectativas de los demás, los sueños de sus padres, que tanto se esforzaron para proporcionarle la educación necesaria.
Finalmente vuelve a casa.Toma un baño y se dispone a comer con su familia. Pregunta por los deberes de los hijos, las actividades de la mujer. De vez en cuando habla de su trabajo. Terminada la cena, los hijos, que no están para ejemplos, se levantan de la mesa y se sientan en el ordenador. Manuel se sienta también delante de aquel viejo aparato de su infancia. De nuevo ve las noticias (quizas haya sucedido algo durante la tarde).
Va a acostarse, siempre con un libro técnico.Tanto si es jefe como empleado, sabe que la competencia es grande y el que no se actualiza corre el riesgo de perder su empleo; Habla un poco con su mujer. Al final, es un hombre agradable, cariñoso, que cuida de su familia. El sueño viene enseguida. Manuel se duerme, sabiendo que hay que reponer fuerzas.
Esa noche Manuel tiene un sueño. Un ángel le pregunta: ''¿Por qué haces esto?''. Él le responde que porque es un hombre responsable. El ángel continúa: ''¿Serías capaz de, al menos durante quince minutos al día, parar un poco, mirar al mundo y a ti mismo, y simplemente no hacer nada?''. Manuel dice que le encantaría, pero no tiene tiempo. ''No es verdad-dice el ángel-. Todo el mundo tiene tiempo para eso, lo que hace falta es valor. Trabajar es una bendición cuando ayuda a pensar en lo que estamos haciendo, pero se convierte en una maldición cuando su única utilidad es evitar que pensemos en el sentido de nuestra vida'' Manuel se despierta en mitad de la noche, envuelto en sudor. ¿Valor? ¿Cómo es posible que un hombre que se sacrifica por los suyos no tenga el valor de parar quince minutos? Más vale volver a dormirse, todo no es más que un sueño, estas preguntas no conducen a ninguna parte, y mañana va a a estar muy, muy ocupado.

En mi país semanalmente sale una revista en la cual se encuentran reflexiones del señor Paulo Coelho; realmente las encuentro interesantes, particularmente sus libros no han llamado mi atención, pero sus reflexiones me han ayudado bastante; Por esto me pareció bien compartirlo con ustedes.
saludos......

...jAcKiE...

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